Ésta será mi despedida,
pronto encontraré ya mi salida.
Me siento ya tan cansado
que sólo pienso en ser enterrado.
Estoy cada vez más viejo, fatigado y sin ilusiones
que mis constantes depresiones me dejan perplejo
justo en ese instante
en el que se supone que debo salir adelante.
Ya desde hace mucho lo presentía
pero no me atrevía a aceptarlo.
¿Quién diría que por negarlo
me hundiría en un gran letargo?
Hoy me estoy despidiendo,
pues siento que estoy muriendo.
Es sólo cuestión de tiempo
el que yo desaparezca con el viento.
¡Oh! Cómo anhelo ese momento,
el de dejar de existir
para ya nunca volver a sufrir.