Yo no uso cruces o escapularios,
sólo el signo que represente
las verdaderas luces de un revolucionario.
La hoz y el martillo,
ambas de color amarillo,
están estampadas
en la bandera roja
que fue diseñada
por una multitud cansada
de ser ciega y coja,
harta de la esclavitud.
Viva la Unión Obrera y Campesina,
juntos desde México
hasta la Argentina,
justo como el gran Marx lo quisiera.
Que viva el comunismo,
ese sentimiento que piensa
que todos somos uno mismo.