Soñé con mi muerte
y tuve mucha suerte
pues hice un descubrimiento
que me tiene contento.
Eras tú mi ángel protector,
me cuidas de todo mal y perjuicio
y con dulzura y amor
me salvabas al caer del precipicio.
Esto es real, aunque parezca ficticio.
Desde que te conozco
no sé si ya he muerto
o sólo estoy soñando despierto.