viernes, 4 de febrero de 2011

Por el amor de una mujer


Ésta será la primera ocasión 
que yo escriba por el amor de una mujer.

Mi inspiración se basa en algo difícil de creer,
pues, aunque esté dedicando mi poema a la otra mitad de mi vida
llevo dentro mucho dolor
y es que la desilusión me provoco mi abierta herida,
llenando de horror mi existencia.

¡Despierta! Me grita la razón
pues es como una pesadilla tu indiferencia
y perdona mi insistencia pero date cuenta de mi motivación.

Es por el amor de una mujer que estoy viviendo.
Es por el amor de una mujer que estoy muriendo.
Es por el amor de una mujer que estoy escribiendo,
y es también por el amor de una mujer por el que estoy sufriendo.

Así que por favor para ya de lastimarme 
y no vuelvas a despreciarme. 

Mis víctimas

 Se encuentran en fosas
todas mis víctimas decapitadas.
Siempre quedan como hermosas rosas rojas
mis manos ensangrentadas.

Es casi tan confuso como una paradoja
la forma en la que uso 
el potencial de mi enfermedad ya muy avanzada.

La verdad es que soy un emisario infernal,
es por ello que mis acciones están claramente justificadas.

Este mal mental podría provocar opiniones muy apresuradas
pero no entienden que yo sí acudí a su llamada.
Me dijo que mi mente ya estaba preparada
para descubrir a lo que mi vida ya estaba destinada.

Para ésto, mi alma y voluntad fueron sacrificadas,
por lo que mi alma ha quedado inerte.
Con ésto, te advierto que ya no podré verte
y lo más triste, ya no podré quererte.

Te agradezco por última vez el cariño que me diste.

Has de pensar "¿Por qué elegiste este camino?
Y te respondo que ese es mi destino, ¡matar!

Por último, me quiero disculpar
por si tu muerte me llego a adjudicar.