jueves, 24 de mayo de 2012

Padre nuestro

 
Padre nuestro
que estás en el cielo
deja te muestro
a los que muerden el suelo.

Santificado sea tu nombre
por olvidarte del hombre
y destruir su anhelo de igualdad.

Venga a nosotros tu reino
y hágase tu voluntad,
por eso existe la desigualdad.

Danos hoy nuestro pan de cada día
y aniquila la agonía
y toda la miseria
que nos agobian.

Perdona nuestras ofensas
o mejor discúlpate tú
por las ofensas.
No tienes defensa.

No nos dejes caer en la tentación
como todos aquellos
que están en tu representación.

Líbranos de todo mal,
aunque se tiene la idea tribal
de que en cierto modo
creer en ti nos hace mal.