lunes, 24 de octubre de 2011

Ha muerto el antiguo yo


Ya no hay cabida para el romanticismo...
Ahora ha sido prendida la mecha del belicismo.
Adiós a todas esas letras de cariño y amor
lo mismo para con la religión
y bienvenidas esas letanías que aluden al horror.

Las poesías de la nueva generación
estarán enfocadas al son de los cañones,
pues son ellos los que reflejan nuestras convicciones.
Cambiaré mi forma de ser, actuar y pensar,
ahora sólo me voy a expresar como si fuese autómata.

Mi existencia tendrá nuevas condiciones
y el antiguo yo pasará a mejor vida
donde no estorben sus estúpidas relaciones.
Las lápidas serán sus únicas salidas.

Amén por la nueva ideoligía
y larga vida al nuevo giro que tomará la poesía.