martes, 27 de marzo de 2012

Ya no soy

Eres un vendido,
no sé como ha podido suceder
pero ha sucedido,
hoy me acabas de perder.

Asestaste un golpe bajo
que me trajo mucho dolor.
Ya no soy tu hijo,
soy sólo su desecho,
aquél que un día bendijo tu camino
terminó maltrecho.

Miguel Navarro ha muerto,
se ha roto, como vasija de barro,
y de sus restos sólo brotó
el temible Vacío,
ser sombrío e intangible
visible sólo para los que lo conocen,
para los demás,
alguien que no cabe en sus esquemas,
simplemente porque no saben
lo que llevo dentro de mi mente,
pero ya no importa,
mi razón ya no se comporta
para las conveniencias de nadie,
sólo para quienes cuyas asistencias
son constantes y desinteresadas,
no como las tuyas,
falsas y compradas desde el principio
por aquella farsante.