martes, 29 de enero de 2013

Luna de enero


Luna brillante, como el oro,
tu belleza es mi mayor tesoro.
Me genera más riqueza
que cualquier diamante.
Hoy te imploro
que no dejes a este caminante.

Tan hermosa allá arriba,
te sobra quien te escriba,
¡oh gran señora!
Usted es mi profesora de arte,
mi estandarte.

Luna reluciente, como la plata,
siento que me mata
tu hermosura, tan potente.
Tan pura, tan diferente.

Sublime en el firmamento,
quien se anime a recitarte
tiene que dejar de testamento
la mayor obra de arte.



*Lupita, entramos a clases el 5 de febrero (:
Te quiero ♥

jueves, 17 de enero de 2013

Mi tregua con la luna


Para esta ocasión
este cabrón
tomó la decisión
de componer una creación
como homenaje
a los ciclos de la luna,
que es la cuna
de todos mis mensajes.

Entre el astro y mi inspiración
existe una tregua:
Ella me mandaría la yegua
con la que recorrería
todos los paisajes de mi mente
y yo le escribiría una poesía
cada veintiocho días
como agradecimiento.

Cabalgaremos al alba
siempre estaremos juntos
hasta estar difuntos.

Así lo dice la profecía
que entonan las estrellas,
en ellas se pueden leer
las notas de una bella melodía.

domingo, 13 de enero de 2013

Quise vender


Ayer le quise vender
mi arte a Lucifer.
"Joder, ¿no tienes algo mejor que ofrecer?"
fue su respuesta,
"tu poesía es llana y vacía,
pues esta, sólo alude problemas.
Todos tus poemas
reflejan agonía."

Yo no lo creía
pero vagando entre mis notas
hallé cientos de gotas de tristeza.
En mi cabeza
existe una fuga de maleza, 
por eso siempre estoy triste.

Tengo la certeza 
de que el Diablo tenía razón,
sólo hablo de depresión,
es lo único que conozco.

Mi mano está a punto de estallar,
como la de Clemente Orozco,
pero en mi mente hay tanto que quiero expresar
que no lo puedo parar.

sábado, 5 de enero de 2013

No te inmutas.


Esta vez sí lo lograste,
te escribí un verso
y ni siquiera te inmutaste.
Que el universo sea testigo
del dolor de mi corazón,
yo sólo quería estar contigo
y recitar poesía
hasta perder la razón.

Me cago en el amor,
tanto que hago un poema 
para analizar mi dilema:
¿Debería dejar de sentir?
Aunque ello significaría dejar de escribir,
o quizás podría seguir escribiendo
aunque implique
tener que seguir sufriendo.

Si sigo así
será el arte el que me sacrifique,
pues me rehúso a olvidarte
aunque ello signifique 
el dejarlo todo a parte.